Durante mucho tiempo, el castigo físico se ha empleado como un mecanismo para reforzar los procesos de aprendizaje y la regulación de la conducta de los niños en la casa y en el colegio; en estudios recientes realizados en nuestro país se ha determinado que más del 50% de los niños son castigados físicamente.
Sin embargo, ¿el castigo es realmente efectivo para promover el aprendizaje? ¿Qué nos han enseñado las neurociencias cognitivas sobre los efectos del estrés en los procesos de aprendizaje de los niños?
Te invitamos a participar de este Seminario Virtual para conocer algunos de los hallazgos de las neurociencias y así evaluar objetivamente la utilidad del castigo como medida de corrección en la infancia.